Reforma política, ¿para qué diablos?

Por PedroTenorio

En el Perú, todo lo que lleva por nombre ?reforma? tiene como apellido ?utopía?. Basta que se anuncie una para que distintos grupos de interés y líderes políticos y sociales de variopinto pelaje conspiren para que todo quede en promesas y nunca vea la luz. Las reformas del empleo, tributaria o del transporte son solo tres ejemplos de ello. Sin embargo, es evidente que hoy requerimos un cambio sustantivo en la manera de hacer política y en los mecanismos de representación ciudadana expresados en el Congreso y los partidos políticos, tarea que deberíamos asumir como el esfuerzo social más importante después del año 2000. En ese sentido, las propuestas de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, presidida por Fernando Tuesta, son un excelente punto de partida para lograr un cambio que trascienda esta crisis.Obviamente, no se trata de aceptar a rajatabla todo lo propuesto por Tuesta y compañía, sino de iniciar un debate a fondo de aquello que más conviene para que los ciudadanos se sientan representados por la política y vean en ella un mecanismo de cambio eficiente, ajeno a la corrupción que cuando no campea acecha a líderes y organizaciones. ¿Pasará la propuesta para abandonar la recolección de cientos de miles de firmas a favor del número de militantes activos (más de 14 mil en todo el país) para inscribir un partido político? ¿Se aceptará que la elección del Congreso se realice durante la segunda vuelta presidencial y...

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