Reflexiones sobre el peaje espeso

Por ANGUSLaurieEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. El peaje de Rutas de Lima en la Panamericana Norte reabrió el último viernes en la noche. Un día antes, las garitas en el sentido sur a norte fueron quemadas por algunos vecinos de Puente Piedra, en protesta por la subida del costo del peaje de S/4,50 en el sentido norte a sur, y la construcción de un peaje espejo en el sentido sur a norte, efectivamente aumentando el costo de un viaje ida y vuelta en 220% de un día a otro.Es un tema complicado, que enreda problemas legales, financieros y urbanos. La forma en que Lima sigue creciendo de manera horizontal sube los costos de infraestructura y equipamientos por habitante, haciendo que ciertas soluciones sean inviables. En una ciudad con recursos limitados, las asociaciones público-privadas, como el ejemplo de Rutas de Lima, son una herramienta importante para hacer infraestructura. Los peajes en general son una manera efectiva de desincentivar el uso del automóvil, una estrategia válida para combatir la congestión de tráfico y hacer que el transporte público sea más viable. Pero esto tiene que ir en paralelo con un sistema masivo de transporte que podría ofrecer una alternativa.El peaje está ubicado a la altura del puente Chillón, en la carretera Panamericana Norte. El lugar es estratégico para un concesionario de una carretera, pues utiliza el río como una barrera natural que divide la zona en dos y elimina una ruta alternativa. De hecho, la ?alternativa? más cercana...

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