Reflexiones navideñas

Por Gonzalo Portocarrero. SociólogoEn estos días he estado viendo documentales sobre Auschwitz, la mayor factoría de muerte en la Alemania nazi. En su período de mayor ?productividad?, en este campo de exterminio se podía asesinar a unas diez mil personas al día. De cien personas que llegaban al campo, ochenta eran conducidas directamente a las cámaras de gas: niños, ancianos y adultos enfermos o poco aptos para el trabajo. Los otros veinte eran destinados a un trabajo esclavo. Las condiciones de vida eran miserables pues la comida era solo un tercio de la necesaria, el alojamiento era frío y estrecho y los piojos y las enfermedades crecían sin control. Finalmente, solo el 1% de los que ingresaron logró sobrevivir. No solo reinaba la indiferencia respecto a la vida del otro, sino que el maltrato estaba institucionalizado. Es decir, producir sufrimiento era un objetivo inscrito en las reglas de funcionamiento del campo. Un sufrimiento aparentemente innecesario que ni siquiera era disfrutado como crueldad por los custodios de la SS, el cuerpo de élite del ejército alemán. Esa producción de sufrimiento era garantizada, por ejemplo, por el uso obligado de zuecos, o zapatos de madera, que no protegían del frío y que causaban grandes ampollas en los pies. Caminar se convertía en una tortura. Igualmente gratuito era dejar a los prisioneros 6 u 8 horas en el patio anexo a los galpones donde vivían, soportando de pie, en la posición de firmes, la inclemencia del frío, de temperaturas que podían bajar hasta -20 °C. Y caer rendido daba lugar a una golpiza que podía acabar con la vida.¿Por qué estos excesos? Todo indica que las SS tenían una cólera especial a los judíos. Algo mucho más radical que el acostumbrado odio antisemita. Los jerarcas nazis pensaban que el exterminio del pueblo judío, la llamada ?solución final?, era una ?decisión difícil?. Desde su perspectiva era una hazaña, un deber tan necesario como abominable y peligroso. Los judíos, decía Himmler, el jefe de las SS, colocaban a sus verdugos en una posición muy comprometida, pues tenían que vencer el doble reto de no ?ablandarse y sucumbir a la debilidad y los colapsos nerviosos? sin, de otro lado, ?convertirse en seres crueles y sin corazón, y ya nunca respetar la vida humana?. Entonces, esta cólera especial se comprende, desde la perspectiva de los verdugos, como resultado de...

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