Reescribir la Carta Magna

Por juan carlos fangacio

Doce son las constituciones que ha tenido este Perú a puertas del bicentenario. Esa agitada historia constitucional va desde la breve Constitución Política de la República Peruana de 1823, promulgada por José Bernardo de Tagle, hasta la aún vigente Constitución Política del Perú de 1993, impuesta por Alberto Fujimori, aunque su firma fuera retirada ocho años después, para muestra del dramático simbolismo que suele envolver a nuestra Carta Magna.Uno tras otro, estos documentos fueron presentados como una especie de bálsamo salvador de la nación. Y es por eso que, consciente de que se ha convertido en oscuro objeto del deseo de los peruanos, el poeta y filósofo Santiago Vera (Lima, 1987) decidió hace tres años apropiarse de su última versión (la del 93) y empezar a reescribirla ?o desmembrarla, vaciarla de contenido, recontextualizarla? hasta finalmente convertirla en el poemario ?Constitución Política del Perú?, una obra atípica y desconcertante.El proceso de Vera consistió en utilizar para cada capítulo de su libro únicamente las palabras que figuraban en la propia Constitución, salvo el término ?tiempo?, que entra y sale de los poemas libremente, como explica en la nota final del poemario. Ese ejercicio de reordenamiento textual arroja versos que, a pesar de tener como materia prima un vocabulario legal y político, adquieren una potencia poética inesperada. Como cuando escribe ?La Policía Nacional duplica / su derecho a cometer delito?, ?Un plazo es un trámite simultáneo a nada? o ?La nación en su totalidad es nula?.¿Por qué elegir un libro como la Constitución peruana para readaptarlo a un artefacto literario? ?Hay libros que son interesantes por el solo hecho de existir. Al margen de lo que digan, son interesantes por lo que representan. Como la Biblia, por ejemplo. Y en el caso de la Constitución, se debe a que encarna la estructura fundacional, casi ontológica, del Estado. Eso ya lo hace un libro que tiene mucho peso?, explica Vera.?Además, mi interés por la Constitución como documento pasa por pensarla como un espacio de interpretaciones en conflicto ?continúa el poeta?. Como las leyes no son sino normas hechas de pactos sociales, el texto está abierto a la interpretación y es materia de debate y discusión constante. Si no recordemos la que se armó hace pocos meses con el bendito artículo 113 sobre la vacancia presidencial?.?Poetizar la burocracia?Esa escritura con restricciones, ?a partir de una cantera o...

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