Redes sociales, politica y activismo.

AutorHidalgo, Alonso
CargoJ

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

A más de cien mil millones de dólares subió la valorización de Facebook el 18 de mayo último. Todo un récord en el mercado bursátil mundial, alcanzado por la red social fundada por Mark Zuckerberg. Récord al que, además, hay que agregar sus más de novecientos millones de miembros, sus traducciones a setenta idiomas y sus cinco mil millones de fotos de usuarios.

Pero, más allá de las proyecciones financieras --generadas en forma espectacular en los dos últimos años por esta compañía del ciberespacio--, lo que conmociona las expectativas de los inversionistas es la creciente intervención de un elemento no manejable y ajeno al origen de toda red social.

Y es que habiendo sido creadas para los vínculos de la amistad, la conversación, el intercambio de fotos, etc., sucede que de pronto las redes sociales virtuales irrumpen para tomar sitio en el escenario de la política, sobrepasando fronteras y todo tipo de gobierno.

Según los defensores --también llamados evangelistas--de las redes sociales, Facebook se ha convertido en un factor decisivo en la coyuntura global de los últimos años. Hay quienes opinan que el entusiasmo suscitado por Facebook en el mercado bursátil se debe al sobredimensionamiento de la capacidad de estas redes virtuales. Paralelamente, esto es lo que también nos lleva a centramos en el impacto que Facebook --al igual que Twitter y otras plataformas sociales-- ha tenido en el ámbito político mundial.

Por otro lado, somos testigos de la forma en que las redes sociales han ayudado a definir el horizonte político en algunos países. Entre los ejemplos más mediatizados están: la caída de regímenes durante la Primavera Árabe, la capacidad de movilización del Movimiento de Indignados, el efecto de contagio de Occupy Wall Street y el abrumador apoyo a las protestas estudiantiles chilenas.

Sin ir muy lejos, el último proceso electoral peruano desencadenó una participación sin precedentes en las redes sociales. A través de ellas, se convocaron movilizaciones y mítines, se expusieron argumentos y planes de trabajo, y hasta se lanzaron ataques de toda índole.

Sin embargo, a pesar de la presencia o el "ruido" que puedan producir determinadas posiciones en las redes sociales, este medio por sí solo no garantiza el éxito de un proyecto político. Todavía no existe la fórmula capaz de transformar las consignas expresadas a través de las redes virtuales en acciones políticas concretas y articuladas.

HALO DE AUTOSUFICIENCIA EN...

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