Un recurso ?casi? divino

Por Juan Monroy Gálvez. Abogado

Un ingeniero concluye que mientras más alto sea un edificio y más blando sea el terreno, requiere menos base. Por eso afirma que un edificio de veinte pisos a orilla del mar no la necesita. Un cirujano sostiene que mientras más cerca del centro del dolor ?que él ubica en el cerebro? se realice una operación, será menor el sufrimiento. En consecuencia, recomienda que una cirugía al tálamo se haga sin anestesia. ¿Usted utilizaría los servicios de alguno de ellos? Sería una locura porque ni siquiera son audaces, sino, simplemente, irresponsables.

Hace un tiempo la Pontificia Universidad Católica (PUCP) empezó un proceso de amparo. Este acabó con una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que declaró improcedente la demanda. Con esta decisión el pedido de la PUCP no fue acogido ni rechazado. El TC, simple y llanamente, resolvió que no tenía nada que decidir sobre el pedido de la PUCP. En eso consiste una declaración de improcedencia.

Como el arzobispado ?demandado en el amparo? nada pidió, solo podía perder o no perder. Jamás podía ganar. El asunto es obvio porque, aunque su saber sea científico, el proceso es una experiencia social. Esto hace sencillo concluir que si somos demandados, lo óptimo será que no perdamos, aunque sea imposible que ganemos.

Savigny enseñó que un juez es un hombre cuando piensa y un rey cuando resuelve. Por eso las ideas del juez para llegar a su decisión no son ejecutables, pero sí su decisión, que es la única que obliga. Esto explica que en el Perú, y en cualquier país del mundo, las sentencias se redacten separando los fundamentos de la decisión.

Sin embargo, creyendo que uno de los fundamentos...

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