Recuperando el liderazgo nacional

Por Jaime De Althaus Guarderas

No hay nada más fácil que atizar el temor por el agua, más aun cuando los campesinos andinos están ahora más integrados que nunca al mercado y es natural que teman que la minería pueda afectar la plataforma de recursos que les viene permitiendo obtener ingresos crecientes. Según la FAO, por ejemplo, el consumo per cápita de papa en el Perú ha pasado de 33 kilos en 1990 a alrededor de 80 en la actualidad. Casi se ha triplicado, gracias al nuevo modelo económico que ya no subsidia los alimentos importados ni transfiere ingresos del campo a sectores rentistas urbanos. Hay un cambio profundo.

El problema es que la institucionalidad política ha involucionado hacia una feudalización y anarquía crecientes. Al no haber partidos, los canales de transmisión para formar la opinión a fin de apoyar decisiones de gobierno, recoger demandas y prevenir conflictos están rotos. Las poblaciones quedan así a expensas de pequeñas dictaduras radicales sin control, eventualmente alimentadas por intereses foráneos, que no pertenecen a partido nacional alguno. Lo que resulta agravado por una creciente feudalización política y administrativa originada en la acelerada descentralización de recursos y funciones a gobiernos locales y regionales que no rinden cuentas ni siquiera a una base contribuyente propia que no existe.

En ese sentido, la clara definición del presidente Ollanta Humala de anteayer debería significar la recuperación de un liderazgo nacional con presencia en las provincias y localidades, como punto...

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