?Me reconcilié con la Chica Dinamita; llegué a odiarla?

Por Melania Urbinafascinación, rechazo, reconciliación, empoderamiento y orgullo. Con la Chica Dinamita, el más notorio ícono de la mitología erótica del cine peruano, Melania Urbina ha transitado por distintas fases. Un viaje de descubrimiento que ahora prosigue en la secuela ?Django, sangre de mi sangre?. Se trata de la continuación de la historia del delincuente que asaltó, décadas atrás, decenas de bancos en la vida real. El verdadero nombre de Django es Oswaldo Gonzales Morales. Y su compinche y amante, la Chica Dinamita, se llamaba Maritza Rodríguez. Ella amenazaba con prender la mecha de la dinamita durante los atracos. Esta segunda parte, sin embargo, se toma más de una licencia de la ficción. Hoy Oswaldo Gonzales Morales predica la palabra de Dios. En cambio, en ?Django, sangre de mi sangre? el protagonista (Giovanni Ciccia) sale de la cárcel, intenta reencontrarse con su hijo y arreglar todo lo que hizo mal. Conversamos con Melania Urbina sobre esta secuela y su personaje. ? Quince años después, ¿cómo ha evolucionado la Chica Dinamita?Ha sido bien particular y personal el viaje que han significado estos 15 años. He estado cargando a la Chica Dinamita en mi espalda. Nunca se separó de mí. No porque yo lo quisiera, sino porque la gente se encargó de recordarla siempre. Yo he pasado por todas las emociones con la Chica Dinamita. Y eso que empezó en una época en la que no había redes sociales. Yo no sé qué es lo que hubiera pasado si la primera ?Django? se estrenara ahora, cuando la gente tiene muchas más facilidades para opinar y decir cosas. Primero la amé, luché por ser ella, me sentía poderosa por lograr haberla encarnado y hecho escenas tan osadas?? Y por comprender a un personaje así. Sí, y por descubrir un valor y una osadía que no sabía que tenía. Después eso se fue transformando en ?¿qué he hecho??, en cómo me miraba la gente y en las cosas que me decían, desde palabras bacanes hasta cosas agresivas y sexualmente muy violentas. Llegué a rechazarla, a odiarla, a arrepentirme y a pelearme conmigo misma. Me decía: ?¿Por qué lo hice??. Luego, entrando a una etapa más adulta en la que me detuve a mirarme por dentro, logré reconciliarme con ella. ??Reconciliación?, palabra que está de moda y que genera polémicas y debates?Me reconcilié con la Chica Dinamita. Fue aceptar mi lado oscuro y sexy, mi poder femenino y sexual, mi osadía por ver lo que hice como un acto de valentía. Estar orgullosa de ella en lugar de avergonzarme. Fue...

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