Real y candidato

Por Guillermo OshiroPerfeccionista, detallista, competitivo. Así es Cristiano Ronaldo. En su diccionario no existe partido resuelto ni de trámite. Es un goleador insaciable. Siempre quiere más. Ante el Schalke (el 6-1 en Gelsenkirchen le quitó el misterio al duelo de ayer) no reguló esfuerzos a pocos días del derbi del domingo ante el Barza. Corrió, jugó y anotó como si fuese una final. Sus dos tantos en el 3-1 redondearon el pase brillante del Real Madrid a cuartos de final de la Champions.Como en Alemania, ?CR7? otra vez se anotó con un doblete. En el primero, el del 1-0 a los 21? tras buena combinación entre Morata y Bale, solo empujó el balón al fondo del arco, mientras que el segundo fue un típico gesto suyo, encarando rivales a la carrera y disparando desde fuera del área con el egoísmo de un artillero que confía solo en él. Ese fue el del 2-1, a los 74?, que rompió nuevamente la paridad.Para completar la escandalosa superioridad del cuadro madridista, llegó el 3-1 de Morata, luego de que el poste le negara el ?hat trick? al portugués. Y no es exagerado decir que el partido lo definió el atacante que llegó a los 13 goles en esta competición. Más allá del sólido juego colectivo del once de Ancelotti ?que no sintió las ausencias de Pepe, Marcelo, Modric, Di María ni de Benzema?, los madridistas gozan hoy de un Cristiano en plenitud, de un verdadero Balón de Oro que en cada partido justifica su condición de rey.Con ese plus todo es más fácil. Su sola presencia hizo que el Schalke evitara otra vergüenza refugiándose atrás, casi con diez hombres para no recibir más castigo.Pero en...

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