Razones de una victoria

Por Carlos Univazo

EL FACTOR MARKARIÁN. Lo escribí el jueves, lo reitero hoy: solo un acierto estratégico nuestro contrapesaba el potencial individual visitante. El planteo inicial del técnico uruguayo no fue muy brillante, Chile se divertía con nosotros como Lucía con sus chiquillos, pero hubo el replanteo necesario que no existió en Asunción, donde Perú parecía más desmotivado que el ya descendido Cobresol jugando 6 meses sin cobrar. Revertimos a tiempo.

UN ARBITRAJE DE ENSUEÑO. El argentino Diego Abal fue el hombre ideal para la causa. Debutante en Eliminatorias, no se hizo problemas con el local. Pudo cobrarnos un penal en contra y expulsar al arquero en la misma acción, y a Lobatón minutos después por doble amarilla, todo en el primer tiempo, pero se portó bien. Si vamos al Mundial, nunca te olvidaremos, Diego, por fin alguien se acordó de los desposeídos. Ahora bien, con unos tres arbitrajes así por cada Eliminatoria la pelearíamos siempre, de todas maneras. Manuel, ya pues, hazte una al menos, mira que el sombrero de ‘patrón’ que estás usando parece que está funcionando.

UN RIVAL AUTODESTRUCTIVO. Sabíamos que...

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