La razón por la cual nadie escucha hoy un Walkman de Sony

Este mes mi familia se obsesionó con pequeños y bellísimamente diseñados aparatos de plástico color blanco. ¿Cuál es la razón? Hace unas semanas, la mayor de mis hijas recibió un iPod Touch como regalo de Navidad, mientras que su hermana recibió una base para su iPod. Estaban tan fascinadas con estos regalos que ya están haciendo campaña para que Papá Noel les traiga iPhones o iPads la próxima Navidad (algo a lo que me estoy oponiendo).

Pero mientras que la lucha continúa, lo que es más claro que el agua es que Apple domina las listas de lo que la gente ansía recibir como regalos. De alguna manera este pequeño ícono de Apple ha conquistado los corazones de mis hijas de una manera extraordinariamente poderosa e irritante. Lo único con lo que puedo compararlo en mi propia vida es con la obsesión que sentía a veces por el Walkman de Sony cuando era una adolescente hace 30 años. Pero hoy en día, el nombre ?Sony? con las justas evoca un gruñido de parte de los jóvenes.

¿Por qué? Parte de la historia obedece al ingenio de Steve Jobs y de los demás gerentes de alto rango de Apple durante los últimos años. Pero el otro lado menos conocido de la ecuación es responsabilidad de Sony. Porque mientras millones de jóvenes han llegado a enamorarse de Apple en los últimos años, el otrora gigante japonés ha sufrido de forma silenciosa un notable declive: no solamente ha reportado resultados pobres, sino que también ha perdido su reputación de ser ?genial? (?cool?).

Algo de este declive refleja deslices estratégicos y temas tales como el poder del yen o el tsunami del 2011. Pero uno de los mayores problemas de Sony en las últimas dos décadas, de acuerdo con sus ejecutivos, es que el grupo ha estado plagado de una maldición de la cual he escrito algunas veces en esta columna: una mentalidad de silos. Y este patrón de pensar por compartimentos le ha dificultado seguir innovando, convirtiéndola en una víctima de su éxito anterior.

Es una saga esclarecedora. Hace siete largas décadas, cuando Masaru Ibuka y Akio Morita crearon Sony en Japón, el grupo de electrónica tenía una cultura relativamente emprendedora y pionera. La cultura de negocios japonesa es a menudo rígida y jerárquica, pero en el caos posterior a la Segunda Guerra Mundial, pequeños grupos emprendedores pudieron operar con un espíritu desenvuelto y creativo. Esto ayudó a librar una corriente de innovación. De ahí que en la década de 1970, los televisores y el Walkman de Sony fuesen los regalos...

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