Rafael Correa: el bueno, el malo y el feo

Por Profesor emérito de la Universidad del PacíficoEste miércoles asume la Presidencia del Ecuador Lenin Moreno, ex vicepresidente de Rafael Correa, quien gobernó diez años consecutivos, en contraste con la década precedente en que ejercieron siete presidentes. Es un momento oportuno para ensayar un escueto balance de la gestión del presidente saliente y avizorar el incierto futuro del país. Lo bueno: Correa logró mantenerse en el poder gracias a tres mandatos consecutivos democráticamente elegidos y a su aprobación popular (en promedio de 80%) durante el período de auge económico (2007-2013). Es un mérito atribuible al hecho que en ese lapso realizó impresionantes obras de infraestructura vial y energética, centros de salud, escuelas y vivienda popular. Las políticas sociales y el notable crecimiento económico promedio de 4,3% anual contribuyeron a aumentar la clase media en 17%, al ritmo que se reducía la pobreza (de 38% a 23%) y la desigual distribución del ingreso (el coeficiente de Gini cayó de 0,54 a 0,47). El ?milagro ecuatoriano?, según el carismático jerarca.Lo malo: Lo execrable de su mandato, sin embargo, fueron sus crecientes violaciones de los principios básicos de la democracia: recortando la independencia de poderes y de los organismos de control, estatizando o amenazando a buena parte de medios de comunicación, atacando o creando sistemas paralelos a las organizaciones campesinas y sindicales, entre otras limitaciones a las libertades más elementales. Lo feo: Embelesado por los ingentes ingresos fiscales del petróleo, Correa dejó de lado el objetivo económico básico de su programa: la transformación de la matriz productiva para evitar ?una vez más? la ?maldición de la abundancia?. Así, el grueso de la actividad económica y de los recursos fiscales siguieron dependiendo de las exportaciones primarias (petróleo, plátanos y crustáceos representaron el 78% del total de exportaciones y alimentaron el crecimiento del resto de la economía). Peor aun, a pesar de ser un economista bien preparado, por su exagerado optimismo olvidó que había que guardar pan para mayo, ya que el ciclo de auge del petróleo no podía durar eternamente. En efecto, luego de ocho años en que rigió un elevado precio promedio de US$85 por barril, cayó drásticamente a partir de mayo del 2014, anclándose en US$45. Paralelamente se revaluó el dólar y se devaluaron las monedas de los países vecinos del Ecuador, procesos que...

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