Racismo peruano, ni calco ni copia.

AutorTwanama, Walter
CargoEL CHOLO Y SU CIRCUNSTANCIA

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Para tí esto no es una novedad

Lector o lectora de Quehacer, no es necesario convencerte de que la discriminación existe en nuestro medio; seguramente tú puedes enumerar no uno sino varios ejemplos de este fenómeno. En general, sabes que el grupo social en el que se naces, la etnia, el lugar del país, ser colorao, morenito o cobrizo, establecen barreras entre peruanos, además de ser predictores muy eficaces, demasiado, de las oportunidades que tendrás a disposición en tu vida personal.

También es probable que tus primeras nociones de injusticia estén ligadas a situaciones tempranas en que has percibido alguna forma de discriminación, por ejemplo preferencias o postergación entre miembros de la familia, o el trato dado a la empleada del hogar, alguien a quien casi siempre se trata de tú pero que debe tratarte de usted.

No sé si has pensado también en que algunas de las dimensiones más personales e íntimas de la vida cotidiana están marcadas por este fenómeno: la atracción que ciertas personas ejercen y otras no; la seguridad personal en diversas situaciones, tus expectativas respecto a cómo te recibirá la gente. Igualmente, pueden aparecer rastros de tu sensación respecto a la discriminación y la injusticia que conlleva en tu elección vocacional o en tu adhesión a algunas ideas: estoy convencido, por ejemplo, de que el marxismo nos sirvió a muchos para poner en palabras esta dimensión, más primaria, más temprana y más difícil de tratar porque toca el núcleo personal más profundo.

¿Exagero? No lo creo, la discriminación da forma a nuestra cotidianidad, estableciendo quiénes somos > y quiénes son los >. Y esto tanto si tú has discriminado a otros, como si has sentido que alguna vez te discriminaron, así después hayas hecho valer tus derechos. Deben ser muy pocos los peruanos que no hayan hecho una cosa y sentido la otra; y quien no, al menos ha sentido lo que se llama el >, del que no se habla porque genera culpa y es políticamente incorrecto.

Pero hay algo importante: la discriminación aquí se parece pero no es igual a la que hubo en los clásicos ejemplos de racismo en la posguerra: el apartheid sudafricano, la segregación racial que generó en los Estados Unidos los grandes movimientos pro derechos civiles, etcétera. Como en la culinaria, en el campo de la discriminación también hay un aporte peruano. Veamos un poco sus rasgos más saltantes.

CHOLEAR EN LIMA, OTRA VEZ

Hasta ahora hemos venido hablando de discriminación y racismo indistintamente, pero quisiera en este punto introducir un concepto que reemplaza mejor estos términos y es específica de nuestro medio: el choleo es la principal forma de discriminación y establecimiento de distancias y jerarquías entre los peruanos. En cada sociedad hay distintas maneras de organizarse, preservar el orden, asignar recursos materiales y simbólicos, y el choleo, al establecer distancias y jerarquías, ha sido nuestra herramienta principal en ese terreno.

En el Perú choleamos y nos cholean, y con ello establecemos jerarquías, superioridades e inferioridades. Y esto, que es tremendamente limitante para los individuos, resulta al mismo tiempo una forma de tener un orden social y preservarlo, asignar un sitio definido a cada persona. Por ese motivo, cholear es algo que se enseña a los niños, se aprende en la casa y se consolida en la escuela. Como diría un educador, es un contenido transversal del currículo para hacerse peruano, es parte de nuestro manual de instrucciones para la vida.

Este choleo tiene dos características notables que vale la pena mencionar:

(i) Cholear no es privilegio de un grupo: no es que unos cuantos peruanos tratan a los demás como cholos y por lo tanto como inferiores; no hay un grupo único que cholea; más bien, el fenómeno de marras recorre casi toda la población.

(ii) No hay un > puro, indudable, de acero inoxidable, preexistente al choleo. Normalmente, pensaríamos que alguien que no es cholo >, a alguien que es >. Pero, dado que casi cualquiera puede cholear a algún otro, parecería ser que, al contrario, el >, se crea en la interacción.

Pero entonces, ¿quién cholea a...

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