Si quisieras, Jefferson

Por Daniel Peredo. Columnista

Jefferson Farfán volvió a llevarse las tapas. En Alemania, disfruta. Juega con todos y desequilibra. Gambetea, sirve y hasta hace goles. En la semana cumplió 28 años, edad de la madurez, de la plenitud futbolística. Clave en Schalke, aunque todavía sin desarrollar todos sus recursos en el proyecto selección.

Es el futbolista peruano más completo. Puede jugar en cualquier posición de ataque. Guus Hiddink fue quien mejor lo aprovechó en el PSV. Explotó todos sus recursos técnicos de gran delantero y goleador. Explosión, instinto y talento. Encara, asiste y finaliza. Suma juego en equipo y capacidad individual, mecanización pero con espontaneidad y fantasía.

En Alemania lo reubicaron de volante por derecha y lo alejaron de los metros decisivos donde es determinante. No tiene inconveniente en bloquear la salida del lateral contrario y seguirlo por toda la banda. Mérito del técnico que supo convencer y de Jefferson que lo ejecuta con disciplina táctica. Está cómodo e involucrado en el funcionamiento del Schalke.

En la selección, sin perder esa solidaridad con el colectivo, nos gustaría verlo más cerca del arco. Es el mejor de todos pero no le obsesiona demostrarlo. Le viene bien que otros se lleven los reflectores, carguen con la presión y que, luego de las derrotas, sean culpables de todo. Con la roja y blanca no se siente en el mejor ambiente, que está en casa, entre los suyos. Juega contenido y sin asumir la responsabilidad que a un futbolista de su jerarquía le corresponde. Algunos hablan de rivalidad...

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