Quiere rediseñar la "plaza pública"

Afirmaciones tajantes sobre el futuro de la humanidad no suelen figurar en discusiones sobre compras de empresas, pero Elon Musk nunca ha seguido los convencionalismos. Respecto de sus planes de comprar de Twitter y sacarla de la bolsa el directorio aprobó la transacción el 25 de abril, dijo esto: “Mi intuición es que contar con una plataforma pública máximamente fiable e inclusiva es extremadamente importante para el futuro de la civilización. No me interesa para nada lo económico”.

Comparada con sus rivales Facebook, Instagram y TikTok, Twitter es minúscula. Pero al ser lugar favorito de políticos y eruditos, hace mucho para configurar el clima político una “plaza pública”, según Musk. El susodicho hizo fama y fortuna trastocando industrias, aunque esta vez se las verá con un espinoso problema de gran interés para muchos gobiernos: cómo regular el lenguaje online. Musk quiere eliminar restricciones en lugar de imponer nuevas. Las operadoras de otras grandes redes sociales mirarán el experimento con interés.

A primera vista, Musk más conocido por sus autos eléctricos y cohetes reusables parece un improbable magnate de las redes sociales, pero un análisis más detenido indica que su adquisición de Twitter calza con su enfoque empresarial. Es un apasionado ingeniero a quien le gusta potenciar tecnologías con pobre desempeño. Tesla rompió las reglas de la industria automotriz al reemplazar gasolina con electricidad y tratar como computadoras a los autos. SpaceX demostró que una startup podía superar a las gigantes aeroespaciales.

Toda esa ingeniería y disrupción es estimulada por el idiosincrático concepto de bien común de Musk. El objetivo de Tesla es impulsar una economía libre de carbono (reivindicado por la rapidez con que otras automotrices están virando hacia vehículos eléctricos). El de SpaceX es la presencia humana en Marte, que sería una póliza de seguro para la civilización si un día ocurre una catástrofe en la Tierra.

Asumiendo que Musk está preparado para gastar miles de millones de dólares para asegurar el “futuro de la civilización” (aunque cuenta con una cláusula de rescisión si cambia de parecer), la pregunta es si su visión de la libertad de expresión en Twitter es sensata. Tiene ante sí otro complejo sistema de ingeniería y un gran motivo para mejorarlo, pues el modelo de negocio de las redes sociales está lleno de inconsistencias y se ve necesitado de cambios.

El que sea multimillonario no le descalifica para poseer una...

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