¿Quién salva la vida de quién?

Por Juan Paredes Castro. Editor central de políticaComo en la política peruana nadie muere en la víspera, tampoco se sabe quién puede vivir más de la cuenta.Esto último es el caso del primer ministro Juan Jiménez, que en su convocatoria de diálogo con los partidos no solo ha encontrado la milagrosa oportunidad de oxigenar su gestión, que ya estaba a punto de expirar, sino de recobrar el peso político que le había negado el presidente Ollanta Humala.Jiménez tiene que haber experimentado en estos días, sobre todo después de que el fundador del PPC, Luis Bedoya Reyes, reivindicara su condición de Primer Ministro (con mayúsculas), la sensación de haber traspuesto la línea gris que al interior del Gabinete reducía sus funciones (ministro sin cartera) a la de un mero funcionario de ayudantía presidencial.Lástima que Bedoya Reyes no fuera recibido en Palacio de Gobierno por quien debió ser, por lo menos, su anfitrión protocolar: Humala. Tampoco por Jiménez, en su calidad de interlocutor del diálogo. Formas que hacen el fondo, como las descorteses declaraciones del presidente respecto del diálogo con los partidos, como si no fuera su gobierno, al que él representa, parte de ese encuentro, del que seguramente extraerá alguna lección útil. Jiménez ve, pues, salvada su vida política a la luz y a la sombra del diálogo. Los partidos, ni cortos ni perezosos, también salvan la suya, porque comparten con el primero la misma lona del descrédito público. Salva la vida Humala, desde el momento en que el oxígeno de su primer ministro es también su oxígeno. Salva la vida la señora Nadine Heredia, en la medida que todo pareciera tomar orden en Palacio y, por consiguiente, ya nadie...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR