¿Quién nos defiende de los alcaldes?

Por Pedro Ortiz Bisso. PeriodistaQuienes viven en Surco saben que uno de los rasgos que distinguen la gestión de Roberto Gómez es su predilección por llenar el distrito de animales hechos con plantas y flores. Así, desde hace más de un año, diversos parques, bermas e intersecciones se han convertido en hogar de osos, delfines, elefantes, focas, gatos y pájaros que, a decir del burgomaestre, ?otorgan bienestar y desarrollo emocional a niños y adultos?.Que un alcalde se preocupe por el desarrollo emocional de sus vecinos siempre será agradecido. Lima es una ciudad lo suficientemente estresante para enloquecer a cualquiera.Por eso, en el municipio afirman que la presencia de un tierno osito frente a la casa de la novia de Gómez, la regidora y actriz Mariella Zanetti, ha sido una simple coincidencia que no tergiversa los propósitos altruistas del programa. Pero si esa versión es cierta, ¿por qué se retiró con tanta prisa al animalejo floreado? ¿O fue puro reflejo de un enamorado sorprendido?Más allá de los posibles arrebatos amorosos de la autoridad municipal, hay un asunto de fondo que no debemos dejar escapar: los vecinos solemos ser víctimas del dudoso gusto de ciertos alcaldes que, bajo el argumento de embellecer o dar valor a sus jurisdicciones, hacen virtualmente lo que les viene en gana.El topiarismo es un arte muy antiguo que es utilizado en áreas públicas y privadas de residencias, universidades, museos y parques temáticos. Impresionantes esculturas vegetales embellecen parques y jardines alrededor del mundo. Sin embargo, lo que se ve en las calles de Surco parece más una mezcla de infantilismo y cursilería que una...

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