¿Por qué comprar un Picasso cuando se puede tener un Bale?

El fútbol lucha para comprender la noticia. El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ha anunciado una cifra de 100 millones de euros ?un traspaso récord en el mundo? para la adquisición de Gareth Bale, del Tottenham Hotspur. ?Es absolutamente una locura?, comenta Jürgen Klinsmann, entrenador de EE.UU. En efecto, la suma probablemente no tiene sentido empresarial. Tampoco lo tienen otras grandes compras de este verano por el Mónaco o Paris St. Germain. El mercado solo tiene sentido una vez que se entiende que el fútbol no es un negocio.El mejor lugar para entenderlo es en el dormitorio del Sr. Pérez. Hace una década, el multimillonario de la construcción se había fotografiado posando con las cuatro grandes estrellas del Real Madrid de la época: Zinedine Zidane, David Beckham, Ronaldo y Luis Figo. Su asesor de arte agrandó la imagen. ?La fotografía ahora tenía el tamaño de la mitad de una cama matrimonial?, escribe John Carlin en ?White Angels?, su libro sobre el Madrid de Pérez. ?Yo sabía que era del tamaño de la mitad de una cama matrimonial, porque Pérez me llevó a su habitación para presumírmela?. Este no era el comportamiento de un hombre de negocios con la cabeza fría.La mayoría de los aficionados, jugadores, directivos y patrocinadores diría que un club existe para buscar la victoria en el campo, no para generar ganancias. Los economistas deportivos Stefan Szymanski y Pedro García del Barrio estudiaron los clubes españoles e ingleses para ver si esto era verdad. Si un club buscara ganancias, tendría que gastar menos de lo que gana. Eso significaría limitar los salarios de sus jugadores. Pero entonces no obtendría a los mejores jugadores. Se trata de una concesión: para obtener la victoria, se sacrifican las ganancias. Para maximizar las ganancias, hay que olvidar la victoria. Su hallazgo fue inequívoco: los clubes no buscaban ganancias, sino victorias.Inclusive obtener una victoria no es el único punto. ?El juego se trata de la gloria?, dijo una vez el ex jugador de los Spurs Danny Blanchflower. El Sr. Pérez no está tratando de comprar mayores resultados con menores gastos. Gastar 100 millones de euros en Bale es en parte un regalo de márketing para los aficionados del Madrid. Les da la emoción de la espera, que quizás es tan enriquecedora como una victoria. Bale quizás no es mejor jugador que Mesut Özil, a quien el Madrid ahora está vendiendo, pero es nuevo y emocionante. Los 100 millones de euros solo le brindan más glamour...

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