La punta de un iceberg que se derrite

Por Periodista

La telaraña de intereses subterráneos que se enseñorea en el Poder Ejecutivo, luego de años extendiéndose en gobiernos regionales y municipales, también manda en el Congreso y ha cancelado con descaro las fronteras partidarias o el recuerdo de los grandes líderes de la política peruana del siglo XX.No es necesario hablar de ?tránsfugas? porque el contubernio campea. Miembros de Perú Libre maniobran con integrantes de Acción Popular. Congresistas de Podemos Perú o Somos Perú van y vienen de Palacio. Alianza para el Progreso depura tímidamente sus filas para salvar del ridículo a su fundador. Las alas ?magisterial? y ?cerronista? se enfrascan en sórdidas batallas de cupos, pero cierran filas en la defensa del régimen.El término ?transfuguismo? ha sido reemplazado por el de ?transversalidad?. ¡Vaya ironía! Las superbancadas informales y sus asesores defienden universidades bamba, sacan pecho por la minería ilegal, obstaculizan la lucha contra el narcotráfico, pretenden dinamitar el sistema privado de pensiones y sabotean el modelo económico. Es una labor nefanda enmascarada en supuestas funciones de representación y fiscalización.La repulsa ciudadana contra Castillo (76% de desaprobación general y 86% entre los jóvenes) tiene similar correlato en el Congreso. Mientras tanto, el presidente prosigue en su labor de zapa a fin de destruir la institucionalidad, eliminar la meritocracia y aprovechar cualquier coyuntura para avanzar en su agenda de informalidad, como es el caso del reconocimiento a los colectiveros interprovinciales.El aventurerismo político guía tan perversas acciones. Varios de sus operadores ostentan prontuarios. Decía el expresidente Belaunde que ?la política no debe ser refugio de náufragos ni de rufianes?. Claro que en el Congreso apreciamos excepciones, congresistas valientes. Pero son una minoría, quizá 20, en medio de un colectivo de 130.A finales de los años 80, ?El Otro Sendero? (de De Soto, Ghersi y Ghibellini) advertía de que la informalidad en el tráfico de terrenos, el transporte público y el comercio ambulatorio era la respuesta a políticas de exclusión y a un costo de la legalidad impuesto mediante tributos, burocracia y trámites.?El Otro Sendero? reconocía el vínculo entre la economía informal y organizaciones...

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