Extractivismo, pueblos nativos y seguridad nacional.

AutorToche, Eduardo
CargoTIERRA ADENTRO

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Hace trece años había empezado a consolidarse la paz entre el Perú y el Ecuador luego de que ambos países firmaran un tratado definitivo, poniendo fin a una situación de permanente conflicto. Por esos años, también, ya eran crecientes las preocupaciones para preservar el medio ambiente y otorgar la protección adecuada a aquellos lugares que acogían una gran diversidad biológica.

Esta situación favorecía la satisfacción de las demandas que los pueblos amazónicos residentes en la zona fronteriza --Awajún y Wampis-- habían estado planteando desde mediados de los noventa. Por ello, su propuesta de categorizar como Área Natural Protegida la Cordillera del Cóndor y zonas aledañas tuvo entonces más actualidad que nunca.

Así, el 21 de enero de 1999, aplicando los términos del Acuerdo de Paz firmado entre el Perú y el Ecuador, se dio el Decreto Supremo 005-99-AG, que establece la Zona Reservada Santiago Comaina en el departamento de Amazonas, provincia de Condorcanqui, con un área de 1 642 567 hectáreas. Como se sabe, esta provincia fue el teatro de operaciones durante el conflicto del Cenepa, en 1995.

El objetivo de la referida norma era conservar la integridad geográfica de dicho territorio, que alberga importantes valores biológicos, paisajísticos y culturales. En efecto, la zona está compuesta por una gran diversidad de frágiles hábitats y muchas de las especies que se hayan en ese lugar se encuentran en situación vulnerable, como el frailecillo (Saimirisp.), el jaguar (Panthera onça), el cóndor (Vultur gryphus), el paujil (Crax globulosa), el lagarto blanco (Caiman crocodilus), el lagarto negro (Melanosuchus Níger), entre otros.

Más importante aún es que el área en mención resulta crucial para mantener los ciclos de los recursos hídricos, biológicos y sociales de las zonas aledañas. Allí se ubican las nacientes de importantes sistemas fluviales pero, sobre todo, es residencia de comunidades amazónicas pertenecientes a la familia Jíbaro, como son los pueblos Awajún y Wampis, a los que vamos encontrar distribuidos a lo largo de los ríos Cenepa, Marañón, Nieva y Santiago. Viene al caso recordar que los jóvenes de estos pueblos amazónicos fueron precisamente los soldados que estuvieron en el frente durante la campaña de 1995, defendiendo la integridad territorial del Perú.

Por otro lado, esta zona declarada como reservada también es atractiva para la minería, por sus contenidos en oro. Así, por lo menos desde 1983 se fue registrando la presencia de mineros informales, quienes procesaban de manera artesanal e ilegal el referido mineral.

El Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) inicia un diálogo directo con los pueblos nativos amazónicos para...

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