La publicidad no funciona

En mi última columna reflexionaba sobre la erradicación de la publicidad que se ve como tal y concluía que la mejor publicidad es la que no lo parece. No más frases como "mi familia es lo más importante" o "tú eres nuestra razón de ser" y más ideas humanas, frescas y cero acartonadas.Esta cruzada podría parecer romántica, subjetiva y hasta divorciada con la razón de ser de toda campaña: generar resultados. O sea, no solo entretener y sorprender, sino persuadir para conseguir objetivos comerciales. Y qué mejor escenario para validar este punto de vista que el evento anual de los Premios Effie, que justamente reconoce las estrategias de márketing y campañas de comunicación que consiguen resultados extraordinarios.Hace dos semanas cuando se congregaron las empresas y sus agencias de comunicación, esperé ver si los emocionados ganadores tenían una publicidad que no parecía serlo. Para mi tranquilidad, confirmé que la erradicación de esta publicidad publicitaria estaba avanzando a paso firme y valiente. Campañas como Convocados de Cristal, aquella donde un decidido Markarián llama a la selección a Guerrero y Pizarro, y a un campesino o un barbero con el mismo nivel de compromiso con la blanquirroja. O la atrevida acción del diario "El Bocón", que...

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