Protegiendo a los proteccionistas (de sí mismos)

Por Roberto Abusada Salah. EconomistaLa apertura de la economía y su integración al mundo ha demandado de parte de los empresarios peruanos grandes sacrificios, imaginación y capacidad para adaptarse a importantes cambios. Hace pocos días escuchaba a un empresario que me recordaba cómo él vivió este proceso. Refirió su primer contacto, iniciada la década de 1980, con el equipo encargado de poner en práctica la gradual liberalización del comercio, equipo del que yo formaba parte.Nos contó que, por ese entonces, el Gobierno anunció que eliminaría las prohibiciones a la importación y que la reducción de aranceles haría que el producto que él importaba ya no estuviera protegido con una barrera de 120% al producto importado, sino con un máximo de 60% (que luego se reduciría gradualmente hasta un 10%). A pesar de no creer que el Gobierno realizaría tan revolucionaria reforma y de pensar que el equipo en cuestión, seguramente, no entendía nada acerca de la industria nacional, reunió a sus directores para informarles de las rebajas en la protección arancelaria que supuestamente se pondría en práctica.Los convenció de la necesidad de lanzar una ambiciosa reestructuración de la compañía, que incluía la adopción de nuevos procesos y la adquisición de tecnología de punta. Hoy ?me contaba? su empresa abastece competitivamente el mercado local y exporta sus productos a 16 países. El arancel a la importación de los productos similares a los que su empresa fabrica es cero.La industria peruana ha experimentado una transformación espectacular. En muchos casos el proceso ha sido doloroso y hasta ruinoso. Industrias enteras han desaparecido, pero muchas otras, antes inexistentes, han surgido con fuerza, mientras que algunas más han pasado por largos períodos de adaptación.Hoy, ya concluida la liberación del comercio, nadie discute que la industria peruana es más grande y extraordinariamente más competitiva. El sector manufacturero ha crecido a un ritmo similar al de la economía en su conjunto, manteniendo así su participación dentro el PBI. Sin embargo, podemos afirmar que esa participación es aun mayor que la observada en la época en que la industria se hallaba tan protegida, esto debido a que hoy se le mide con precios muy cercanos a los que rigen en el mercado internacional en vez de aquellos precios antes inflados por los altos aranceles y muy difícilmente considerados en los cálculos de cuentas nacionales.Más...

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