La propiedad privada del espectro sí es posible

Por Economista

Las cuotas de contenido que el proyecto de ley del congresista Américo Gonza pretende imponer a las estaciones de radio y los canales de televisión, con el pretexto de la difusión cultural, son solamente posibles porque el Estado se cree dueño ?y legalmente lo es? del espectro electromagnético. La estación o el canal que no cumpla con la incompresible ?proporcionalidad? que ordena el proyecto puede perder, como lo advierte la exposición de motivos, su ?título habilitante?; o sea, su licencia. Si la estación o el canal tuviera, no una licencia, sino un derecho de propiedad sobre la frecuencia en la que transmite, sería más difícil imponerle cuotas de contenido. A los medios escritos nadie se atreve a ponérselas.La asignación de licencias parte de una falacia: que no es posible crear derechos de propiedad en el espectro electromagnético porque es un recurso escaso y debe, por lo tanto, ser administrado por alguna dependencia estatal que cuide del interés público. Pero la tierra, por poner un ejemplo, es también un recurso escaso, y no por eso se nos ocurre que deba ser propiedad pública y que los agricultores necesiten una licencia para cultivarla (con cuotas para productos ?nativos?, quizás).Al contrario: es justamente cuando un recurso es escaso que la propiedad privada hace más sentido que la propiedad pública, para que entre los distintos usos alternativos se elijan los que más valor crean para la sociedad.Tampoco es tan limitado el espectro como parece a simple vista. A lo largo de un siglo, ha crecido en dos dimensiones, similares a lo que los economistas llaman el margen extensivo y el margen intensivo. Se ha hecho posible transmitir señales en frecuencias...

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