Pronóstico reservado

Por Carlos Hurtado De Mendoza

Ocurrió en el verano del 2002, la mejor temporada para el romance en Lima, pero la peor para los hoteles corporativos de aquel año. El economista Magín Pérez buscaba un sitio para disfrutar del fin de semana junto a su esposa, y el Swissôtel, uno de los establecimientos de categoría cinco estrellas más importante de la capital, buscaba un huésped como Magín para salvar el día a cambio de US$ 79 por la suite matrimonial. Esa era la tarifa para los limeños en una fecha crítica para los hoteles en la ciudad.

Usted podría decir que esto solo se trató de una cuestión de costo y oportunidad, de oferta y demanda, pero tras este hecho hubo algo extraordinario. Y es que no siempre una pareja de esposos puede rentar una suite de lujo por US$ 79, y si ello sucede tiene que existir un problema muy grave para el negocio hotelero: que falten huéspedes.

Ha pasado una década desde la anécdota y Magín Pérez la menciona hoy porque el próspero crecimiento de los hoteles corporativos que hemos visto entre el 2007 y el 2012 se parece a una expansión acontecida entre 1995 y el 2005, decenio que precedió a los problemas del Swissôtel. ?En nuestro sector suelen haber ciclos en los que se intercalan temporadas de sobreoferta de habitaciones a bajo costo con otras de mucha demanda de habitaciones que son caras y escasas?, explica.

Pérez, quien es catedrático de la Universidad de San Martín de Porres (USMP), ha elaborado un estudio para describir la naturaleza de estos ciclos y proyectar qué puede ocurrir con el negocio en Lima hacia el 2014. Según el ?dossier?, tras cinco o siete años de bonanza, la capital se satura de hoteles corporativos de categorías cuatro y cinco estrellas, lo que genera una guerra de tarifas que termina por abaratarlas. Esto ocurrió entre el 2000 y el 2007, y podría repetirse a partir del 2014, luego de siete años maravillosos para la hotelería local.

?En la primera etapa del análisis, que se inicia en 1995 y va hasta el 2002, identificamos que el rubro era tan atractivo para los inversionistas que la oferta hotelera pasó de 2.168 habitaciones a 4.241, o sea casi al doble, mientras que la demanda solo creció un 24%, de 967 mil pernoctaciones a 1´201.000?, detalla el economista. Añade que este crecimiento asimétrico provocó que entre el 2002 y el 2007 prácticamente se detuvieran las apuestas por nuevos establecimientos, cuyo número solo aumentó en un 2%.

En cambio, en este nuevo período, la demanda sí despegó como...

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