La prioridad de reducir la pobreza

Por Profesora e investigadora en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)

Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) presentó las cifras oficiales de pobreza del 2021, basadas en la Encuesta Nacional de Hogares. La tasa de pobreza monetaria se redujo al 25,9% (del 30,1% del 2020), pero aún no alcanzamos el nivel prepandemia (20,2% en el 2019). Como consecuencia, aproximadamente 8,5 millones de peruanos se encuentran en situación de pobreza. La medición del INEI se basa en una línea de pobreza calculada sobre el costo de una canasta básica de consumo per cápita. Por ejemplo, una familia de cuatro miembros es considerada pobre si su consumo es menor a los S/1.512 mensuales, una cifra que se reduce a los S/804 mensuales para los casos de pobreza extrema.Durante este milenio, el Perú logró importantes avances en la reducción de la pobreza: pasamos de tasas de pobreza por encima del 55% en el primer lustro del 2000 a tasas de alrededor del 20-21% a fines de la década pasada como resultado del crecimiento económico, el aumento de la inversión pública y privada, la generación de empleo y la contribución de programas sociales dirigidos a los sectores más pobres. El choque generado por la pandemia tuvo como consecuencia el retroceso de una década en los avances en reducción de la pobreza y volvió a colocar al hambre como un problema central para el país. En dos décadas, experimentamos la expansión de las clases medias, pero también la precariedad de la salida de la pobreza en amplios sectores. Por ejemplo, al 2021, el 34,6% de la población peruana se encuentra en situación de vulnerabilidad monetaria; es decir, no son pobres (bajo la definición antes presentada), pero están en riesgo de caer en pobreza de darse cambios en su situación económica (como la pérdida del empleo, el incremento de costo de vida, etc.).Destaquemos tres implicancias de políticas públicas. Primero, si bien en estas dos décadas el Estado ha priorizado la lucha contra la pobreza rural y cuenta con capacidad instalada a nivel de programas, los instrumentos existentes no son suficientes para responder a dos problemas: los impactos de la crisis internacional en la agricultura familiar, que repercute negativamente en las condiciones de vida de los hogares rurales y en la...

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