Los primeros 100 días

Por Analista políticoEl fin de la crisis política que tenía paralizado al país desde diciembre y el buen inicio del presidente Martín Vizcarra generaron un clima de tranquilidad y cierto entusiasmo que empezó a diluirse al conocerse su primer Gabinete. Como era de esperarse, surgieron cuestionamientos de uno y otro lado. Se ha criticado que se habría consultado su composición a Fuerza Popular y, sobre todo, la inclusión de dos políticos en carteras muy sensibles: Salvador Heresi, secretario general de Peruanos por el Kambio en Justicia; y Liliana La Rosa, afiliada hasta hace muy poco al Frente Amplio, en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), encargado de los políticamente rentables programas sociales. Lo cierto es que el Gabinete presidido por César Villanueva refleja la debilidad de origen del gobierno de Vizcarra y es un esfuerzo por conseguir el apoyo de las principales fuerzas políticas del Congreso. El intento por formar gabinetes de ancha base no es nuevo en nuestro país. Desde 1990, cuando el belaundista Juan Carlos Hurtado Miller fue convocado por Alberto Fujimori para presidir su primer Gabinete hasta el Consejo de Ministros que encabezó Mercedes Araoz, los gobiernos en minoría han hecho variados intentos por construir gabinetes ?de todas las sangres?, aunque con éxitos muy limitados.Más allá de los cuestionamientos a uno u otro ministro, queda la sensación de que, una vez más, el país está volviendo a empezar, como en el mito de Sísifo, el rey griego condenado a empujar perpetuamente una roca cuesta arriba por una montaña, la cual volvía a caer antes de llegar a la cumbre, repitiéndose para siempre el frustrante proceso.Para no repetir la historia de Sísifo, los ministros requieren, de un lado, humildad para entender que su tarea no es refundar el país sino lograr algunos avances en la dirección correcta y, del otro, conciencia de que cuentan con muy poco tiempo para lograrlo. Lo primero implica construir sobre lo avanzado en gestiones anteriores y no tirarlo por la borda. Lo segundo, aceptar que la esperanza de vida de un ministro en el Perú es de un año. Por lo tanto, los primeros 100 días son fundamentales. El presidente del Consejo de Ministros pedirá la confianza al Congreso probablemente a fines de abril. Tiene la posibilidad de pedir facultades delegadas y seguramente se las darán en mayo. Lo ideal sería que aproveche el Mundial de fútbol ?entre el 14 de junio y el 15 de julio? para promulgar los decretos...

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