El primer triunfo es tener un gran técnico

Por Jorge Barraza. PeriodistaSin buenos jugadores, no hay táctica que valga. Carlo Ancelotti lo sabe como nadie. La mejor prueba es su Real Madrid: es el flamante campeón de Europa, tiene el plantel más cotizado del mundo, pero sale al mercado y arrasa: se lleva a James Rodríguez, a Kroos, a Keylor Navasy#8230; Y, si pudiera, el italiano pediría tres o cuatro más; y que le dejen a Di María. Se lo impide el ?fair play? financiero, la nueva norma impuesta por la UEFA el año anterior, que obliga a equilibrar los gastos entre ventas y compras, so pena de graves sanciones deportivas. Seguramente ?Carletto? se considera a sí mismo un entrenador competente, pero quiere más garantías en el campo.Está claro, entonces: esto no es ajedrez; nadie puede jugar con fichas ni con muñequitos de metegol y ser campeón del mundo. También está comprobado, ahora más que nunca, que sin un buen técnico no hay proceso que prospere, aun con un plantel brillante. Cantidades de clubes y selecciones fracasaron teniendo buenos futbolistas, aunque no un conductor capaz de guiarlos al éxito.En el Mundial de 1930 ni se sabía quiénes eran los entrenadores de las selecciones; entonces no revestían ninguna importancia. El llamado ?entrenador? era una especie de hermano mayor que daba unas afectuosas palmadas antes de entrar al campo y profería alguna frase animosa como ?Vamos que hoy ganamos?. Nos lo contó Francisco Varallo, delantero argentino en aquella primera Copa Jules Rimet: ?Figuraba como técnico Francisco Olázar, pero él no se metía para nada, ahí los que mandaban eran Monti, Paternoster, Nolo Ferreiray#8230; Eran los mayores y daban las indicaciones, jugá por derecha, hacé esto o aquelloy#8230;?.Recién muchos años después el entrenador fue perfilando su gravitación, hasta convertirse en director técnico, luego en estratega y, en los últimos tiempos, en conducto r de grupos, esto último tan esencial en este tiempo que nadie se arriesga con un profesional que tenga ?problemas de vestuario?. El reciente Mundial dio un espaldarazo extraordinario a la reputación de Jorge Luis Pinto. Sus acciones treparon hasta la estratósfera; sin embargo, las posteriores revelaciones de jugadores, asistentes y auxiliares de Costa Rica desplomaron su cotización. Antes de contratar a un gerente que tiene problemas de relación con sus empleados, los dirigentes lo pensarán muy detenidamente.Con los mundiales concluyen los ciclos conductivos en los equipos nacionales. A posteriori nace otro...

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