Una presidencia inesperada

Por Expresidente del Consejo de Ministros

Es obvio que Dina Boluarte asumió las riendas del Estado de manera inesperada. Nadie imaginó que Pedro Castillo se convertiría en golpista y que quería llevar al país hacia una dictadura, lo que fue expresión de su desprecio por la democracia, asunto aún difícil de comprender en un maestro que tiene el deber de enseñar valores cívicos a niños y jóvenes. Boluarte asumió la Presidencia de la República en un contexto de gran antagonismo y enorme inestabilidad, puesto que desde el 2016 hemos tenido seis jefes de Estado y eso no parece quererse cambiar.Así llegó a nuestra historia la primera presidenta mujer, justo en el bicentenario republicano. Llegó sin equipo ?tuvo que construirlo sobre la marcha? y con una administración desmantelada y ocupada por precarios personajes que no solo no gestionaron políticas públicas, sino que invadieron la administración estatal generándose puestos públicos para esquilmar los recursos del Estado. Hay mucha evidencia de designaciones de funcionarios de Castillo que no reunían los requisitos para el cargo y que estaban ahí solo para pagar hipotecas de campaña; en otros casos, se infló la planilla pública como en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, en el que se colonizó el área de prensa con más de 60 empleados, cuando lo que se necesita es solo un equipo eficiente de 20 personas.El fierro caliente que tuvo que agarrar Boluarte en circunstancias de un país a la deriva no ha sido una tarea sencilla, además, porque tuvo que enfrentar ?y lo sigue haciendo? uno de los conflictos sociales más grandes de las últimas décadas, calificado por...

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