El precio del género

Por Instituto peruano de economía (ipe)Según el último Índice Global de Brecha de Género (IGBG) del Foro Económico Mundial, publicado la semana pasada, le tomarían 100 años al mundo acabar con la inequidad de género al ritmo actual. La brecha más severa continúa siendo la económica ?por encima de las relacionadas a salud, educación y política? y recién se eliminaría en 217 años. Esta proyección no es ajena al Perú. Según estimaciones del Instituto Peruano de Economía (IPE), a partir de los datos del IGBG, a la velocidad actual el Perú alcanzaría la paridad económica de género en el 2101; es decir, cerrar dicha brecha tomaría 84 años. De los cinco indicadores que considera el IGBG para evaluar la inequidad económica, la brecha de los salarios tiene principal protagonismo. En el Perú, con información al 2016, el salario promedio de una mujer (S/1.101) es solo el 70,8% del salario promedio de un hombre (S/1.556); es decir, existe una brecha salarial de 29,2%. Esta diferencia se viene reduciendo a un ritmo promedio anual de 1,2 puntos porcentuales desde el 2010. Asumiendo el ritmo promedio de crecimiento de los salarios de hombres y mujeres de los últimos cinco años, la brecha se eliminaría en el 2041. Lógicamente, las diferencias salariales dependen de distintas características de los trabajadores que determinan su productividad, como la experiencia, la categoría de ocupación, el nivel educativo, la ubicación geográfica, entre otras. Tomando en cuenta estas características observables, según estimaciones del IPE la inequidad salarial ?no explicada? por estas variables ?y que podría ser atribuible a la discriminación? para el 2016 es de 36,3%, y resulta sorprendentemente mayor que la brecha no corregida. Asimismo, muestra un menor ritmo de reducción (0,7 puntos porcentuales) desde el 2010. Al ritmo actual, el cierre de la brecha corregida se daría recién en el 2061. Es decir, ante iguales características observables, las trabajadoras reciben S/0,64 por cada sol que obtienen sus pares masculinos. Frente a este escenario, una explicación alternativa o complementaria a la discriminación es que las características no observables pueden ser distintas en diferentes grupos de trabajadores (motivación, liderazgo, etc.), aunque ello difícilmente pueda explicar la significativa brecha. Intuitivamente, al comparar los ingresos del trabajo de individuos con características observables similares excepto el género, la brecha salarial debería reducirse, pues...

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