PPK y lapágina 11 enla maletera

Por el verano del 69El ?trolleo? de campaña ha difundido esta historia: PPK robó la página 11, la mítica hoja del contrato entre el Perú y la International Petroleum Company (IPC) que, al desaparecer, provocó tal escándalo que Juan Velasco lo usó de coartada para derrocar a Fernando Belaunde en octubre de 1968.¿Tiene asidero tamaña especie? No. Es una leyenda urbana. Lo único que encaja es que no se sabe quién desapareció la bendita hoja y PPK ya era un muchachón con conexiones en 1968. Pero, vamos, no se le conocen antecedentes de ladrón ni de espía, ni estuvo en el cargo indicado para meter mano al legajo entre una transnacional y nuestra Empresa Petrolera Fiscal (EPF).Más bien, PPK sí estuvo, pocos meses después, en pleno verano de 1969, envuelto en otro lío que enfrentó al Estado Peruano con la IPC. Pero vayamos por partes.?La bendita página?La IPC tenía, desde 1922, condiciones en extremo ventajosas para explotar petróleo en el norte peruano. Poseía los yacimientos de La Brea y Pariñas, y controlaba todas las instancias del mercado. Era una situación insostenible para cualquier gobierno de relente nacionalista. El de Belaunde lo era. Algunos medios periodísticos lo alentaban a que tomara los yacimientos y renegociara con la IPC.Quien más reclamaba una salida nacionalista era Carlos Loret de Mola, el gerente de la EPF. Hasta que fue llamado a Palacio en la noche del 12 de agosto de 1968. Allí encontró a Belaunde con varios ministros y a Fernando Espinosa, el jefe de la IPC, con ejecutivos de su empresa y diplomáticos gringos.En ?La página once? (Ed. Libre1, 1978), cuenta de las idas y venidas de ambos bandos, con las hojas del contrato. La entrega de La Brea y Pariñas ya estaba asegurada, pero Loret de Mola bregó hasta que anotó de puño y letra, en la última página, la 11, el precio mínimo garantizado (US$1,0835) que la IPC le cobraría por barril a la EPF.A Loret de Mola le marcó la vida lo que sucedió esa madrugada. El 13 fue un día suspendido en el tiempo, pues fue con Belaunde a Talara, a la toma simbólica de La Brea y Pariñas, y a la firma del Acta de Talara, que no era más que el inventario de lo entregado. Los diarios y la TV mostraron la bandera peruana flameando ante las torres. Pero Loret de Mola sabía que era una farsa. La IPC seguía controlando las bocas de salida del petróleo y había desaparecido la página 11 del contrato. El funcionario lo denunció a cuanta autoridad pudo. Pero los ministros belaundistas no le hicieron...

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