Populismo de derecha

Por Fernando Rospigliosi-Analista político-El propósito fundamental de la pareja presidencial en los próximos 12 meses parece ser alcanzar una votación importante que les permita obtener una bancada parlamentaria numerosa que los defienda de las acusaciones por corrupción que se les están formulando.No siempre es así. A diferencia de Alejandro Toledo o Alan García que, por supuesto, querían un desempeño aceptable de sus candidatos, pero a los que no se les iba la vida en ello, para la pareja presidencial hay mucho más en juego.No está en cuestión solo su futuro político, sino la posibilidad de terminar haciéndole compañía a Alberto Fujimori en la Diroes, o quizás ocupar las instalaciones que dejaría vacías el ex presidente si el próximo gobierno lo indulta.Así de grave parece la situación y así la están asumiendo Ollanta Humala y Nadine Heredia. A principios de noviembre del año pasado, a 18 meses de las elecciones, en un mitin partidario Humala llamó a sus seguidores a ?ponerse la ropa de campaña electoral?. No obstante, sin la menor preocupación por la coherencia, él y su esposa acusan constantemente a sus adversarios porque presuntamente actúan en función de objetivos electorales.En ese mismo evento, Humala marcó claramente su estrategia electoral, al destacar los programas sociales de su gobierno. Si se miran las encuestas, se descubre rápidamente por qué. Sistemáticamente, desde hace mucho tiempo, la respuesta de los que apoyan a Humala ubica como motivo principal, en primer lugar, a los programas sociales. La de Ipsos de febrero muestra que el 45% de los que respaldan al presidente lo hace por esa razón.Para conquistar más votos, entonces, la pareja presidencial está usando ?y seguramente lo seguirá haciendo con más intensidad en los próximos meses? los programas sociales, presentándolos siempre como un regalo que hacen a los pobres gracias a su particular generosidad. Es decir, es una dádiva de los gobernantes y no una política estatal que se paga con los impuestos de todos los peruanos.Para acentuar esa idea, la pareja ya está insinuando o diciendo abiertamente que solo ellos pueden regalar comida, becas o dinero y que los opositores, si ganan las próximas elecciones, les quitarán esas ayudas y subsidios. Es decir, clientelismo puro y duro.Por eso la revista ?The Economist?, en un artículo que...

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