Yo la pongo, yo tampoco

AutorMatín Reaño
CargoEconomista

Los préstamos de los accionistas pueden tomar formas más ventajosas para todos. La creatividad reporta grandes beneficios

Cuando hay que poner plata en el negocio, el accionista normalmente prefiere hacerle un préstamo a la empresa, antes que aportar patrimonio. Esto por varias razones: el préstamo genera una renta para el inversionista (los intereses); la empresa se beneficia con el escudo fiscal del gasto financiero; el accionista recupera su inversión vía amortización del préstamo; y por último, mejoran los índices de rentabilidad para el accionista. Como siempre, es mejor trabajar con la plata de otro, antes que con el dinero propio.

El otro lado de la moneda es la impresión que esto causa en las instituciones financieras. Si hay mucha deuda en la empresa, poco patrimonio y los bancos siguen prestando, el crecimiento será frágil y de alto riesgo para ella. Si los bancos dejaran de prestarle, los planes de crecimiento de la empresa se entorpecerían. Aquí es cuando se recurre a los famosos préstamos "back to back", préstamos bancarios perfectamente respaldados por depósitos en efectivo. La empresa recibe los fondos, el banco no asume el riesgo y el accionista sigue manteniendo el dinero a su nombre.

En toda esta operación, el accionista (que presta dinero pero no aporta patrimonio) vive la...

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