La política según Francisco

Por Rector de la Universidad Antonio Ruiz de MontoyaLa contienda electoral ha puesto a la política en el centro del escenario nacional durante todo este primer semestre del año. Las diferentes opciones presentadas en ambas rondas han sido motivo de fuerte debate no solo en los medios de comunicación, en la vida universitaria o en los foros públicos, sino también en la calle, en el entorno familiar, entre amigos. La política ha sido la gran protagonista de este momento del país.Precisamente por ello, cinco universidades limeñas han convocado a sus estudiantes a elaborar ensayos respondiendo al tema: ?Francisco, política y solidaridad?. El 29 de junio pasado ?San Pedro y San Pablo, fiesta en la que se recuerda el papel del Papa en la Iglesia? fue el último plazo para entregarlos. Han pasado 60 ensayos para la revisión del jurado. Francisco es el primer interesado en que los cristianos ?particularmente los jóvenes? se comprometan en la tarea política. ?Ninguno de nosotros puede decir: yo no tengo nada que ver, son ellos quienes gobiernan. No; yo soy responsable de su gobierno y debo hacer lo mejor de mi parte para que ellos gobiernen bien, participando en la política como pueda. La política, dice la doctrina social de la Iglesia, es una de las formas más altas de la caridad, porque es servir al bien común. Y yo no puedo lavarme las manos: cada uno de nosotros debe hacer algo? (Santa Marta, 16 de setiembre del 2013).Viendo nuestros noticieros cada día, es difícil imaginar la política como ?una de las formas más altas de la caridad?. Sin embargo, para Francisco ?como para sus antecesores? lo es. ¿La razón? La política ?en su sentido más propio? se preocupa del ?bien común?, anteponiéndolo a los intereses particulares. La novedad de Francisco es el punto de vista desde el que plantea el ?bien común?; este es el indefenso, el vulnerable, el débil. Por ello, se va a las periferias de Europa (las islas de Lampedusa y Lesbos) para increparle al continente su falta de solidaridad con los desplazados africanos, sirios e iraquíes. Sin...

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