La política del hijo único puede tumbar la economía china

Por Santiago villa

?La Nación? de ArgentinaA bortos forzados, esterilizaciones, obligación de llevar aparatos intrauterinos y costosas multas por tener más hijos de lo permitido son algunas de las controversiales medidas estatales que se instauraron para cumplir la política del hijo único en China. Sin embargo, según cifras publicadas este mes por el Gobierno y estudios realizados por expertos, es posible que todos estos esfuerzos hayan sido innecesarios e incluso contraproducentes para lograr un crecimiento económico sostenido.La reforma introducida en 1979 por Deng Xiaoping era defendida según principios maltusianos: si la población de China llegara a aumentar exponencialmente, la nueva masa de habitantes consumiría inexorablemente los recursos del país.A primera vista, la medida parecería haber arrojado resultados: la tasa de natalidad, que era de aproximadamente cuatro hijos por mujer en 1975, a partir de 1990 bajó a poco menos de dos. Hoy, 35 años más tarde, el reto no es reducir la natalidad, sino aumentarla, pues la proporción de personas en edad laboralmente activa ya llegó a su pico, e incluso comenzará a caer.Desde hace un año se han introducido las reformas más amplias de las últimas tres décadas a la política del hijo único. El Tercer Plenario del Partido Comunista decidió, en noviembre del 2013, extender la posibilidad de tener dos hijos a aquellas parejas en las que al menos uno fuera hijo único.?Se estimaba que con la flexibilización de la política del hijo único se incrementaría en uno o dos millones el número de nacimientos anuales, pero hasta ahora solo el 6% de las parejas...

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