Policías y vecinos

Quizás haya sido la interpelación del Congreso al ministro del Interior, Wilfredo Pedraza. O quizás la forzada renuncia de Raúl Salazar como director de la policía. El hecho es que parece que el Gobierno ya superó su etapa de negación. Al menos, en vista de las medidas que ha anunciado, está claro que ya no piensa que el problema de seguridad ciudadana es más "una percepción” que una realidad, y que la prensa es la culpable de esta sensación por andar alarmando injustificadamente a la ciudadanía. Enhorabuena por ello.

Tenemos dudas, sin embargo, acerca de los alcances que pueda llegar a tener la primera de las novedades anunciada por el ministro Pedraza: que el trabajo de los comisarios será evaluado trimestralmente por las juntas vecinales de sus jurisdicciones sobre la base de los resultados que vayan produciendo (o no) en la lucha contra la delincuencia. Estas evaluaciones, además, serán luego recogidas para determinar la permanencia de los oficiales en el cargo.

No se nos malinterprete. Nosotros estamos siempre a favor de lo que signifique empoderar al usuario frente a quienes le prestan un servicio. El usuario, después de todo, no es solo quien paga el servicio , sino que es también el dueño de los intereses que este busca satisfacer y, por tanto, quien está en mejor situación para saber si este se está prestando bien o no.

Por otro lado, somos también amigos de todo lo que signifique hacer responsables a los individuos –para bien igual que para mal–por lo que ocurre bajo su autoridad.

El problema aparece, sin embargo, cuando la persona a la que se pide resultados no ha recibido antes los medios necesarios para obtenerlos. Entonces las rendiciones de cuentas y las consecuencias dejan de ser un sistema para conseguir eficiencia y se vuelven más bien una injusticia. Si es que no también una manera de distraer la atención de quienes tendrían que ser los verdaderos responsables.

Decimos esto porque, al menos en su actual situación, nuestros comisarios no parecen estar en posición de lograr mejoras significativas en la lucha contra la delincuencia, por mucho empeño que le pongan.

Por ejemplo, según el Primer Censo Nacional de Comisarías (2012), realizado por el INEI, el 40,7% de nuestras comisarías no posee una computadora propia que esté operativa; el 70,1% no tiene conexión propia y adecuada a Internet; solamente el 58,8% accede a una base de datos; el 61,2% no tiene acceso al Reniec; el 45,5% no tiene acceso a Requisitorias...

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