Policía bueno, policía malo

Por Raúl Castro. Periodista y antropólogo

Estos últimos días dos anuncios oficiales independientes, diríamos aislados, podrían hacernos pensar que el gobierno actual guisa algunas ideas de cambio y reorganización de la Policía Nacional, aunque no tenga muy claro qué receta sigue ni qué platillo está cocinando.

El primero fue el decreto supremo que lanza el Programa de Voluntariado Policial para Jóvenes, con el cual chicos entre 18 y 21 años trabajarán en labores administrativas en las comisarías para que los guardias puedan salir a patrullar y estar en la acción directa de las calles.

El otro fue el proyecto de ley de aumento de remuneraciones para esta institución y las Fuerzas Armadas, que, de aprobarse en el Congreso, incrementaría en 100% los salarios de los policías paulatinamente, a razón de 20% anual en un lustro.

Recordemos que la lucha contra el crimen es de preocupación personal para el presidente Humala desde la campaña electoral. En esa época habló de una policía formada con excelencia técnica y altamente profesional, de conducción civil de las políticas de seguridad, y de uso de tecnología de la información en el control del orden interno (Elcomercio.pe, 29/4/2011).

Sugería la promoción de un nuevo policía con modernizado perfil, la construcción de un modelo de ?policía bueno?, respetado por su conocimiento y liderazgo, y reconocido por su cercanía a la gente.

Esta dirección pareció prefigurarse cuando impulsó el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (Conasec), el mismo que el año pasado emitió un completo plan que enfatiza un enfoque preventivo ante la ola de delitos que la ciudad sigue sufriendo, atendiendo, principalmente, a los entornos familiares, la educación y la convivencia social...

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