El poder estéril

Por Jaimede AlthausEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. No deja de llamar la atención la frialdad estratégica con la que Fuerza Popular (FP) se pronunció acerca del indulto a Alberto Fujimori. Saludó su libertad ?a pesar de discrepar con la forma en que se logró?. Se le llamó ?ex presidente? y no ?líder histórico?. No se puede negar que en este tema Fuerza Popular ha mantenido una coherencia institucional. Keiko Fujimori prometió no usar el poder político para liberar a su padre, y mantuvo esa promesa aun a costa de dar la apariencia de una insensibilidad filial poco común. Pero esa firmeza sin duda abona en su favor: no usar el poder o la ley en beneficio propio es un principio republicano plausible. Es la misma frialdad estratégica que convierte a Fuerza Popular en un grupo hermético cuando se trata de buscar acuerdos sobre reformas fundamentales. O acuerdos mínimos siquiera. Si el objetivo es ganar las elecciones del 2021, la idea es capitalizar los déficits de un gobierno débil y poco hábil. El problema es que, aferrada a una rigurosa coherencia estratégica y disciplinaria, Fuerza Popular pierde coherencia ideológica y programática y compromiso real con el país, y altera su propia identidad. No usa el poder político para el beneficio familiar, pero tampoco para el beneficio del país. Es un poder estéril. Ello se debe al corte, también estratégico, con el pasado. Por desvincularse de lo negativo de los 90, no recoge tampoco lo positivo ni lo procesa intelectualmente para actualizar en clave democrática los medios que permitieron los éxitos. Si se corta las raíces, el árbol no da frutos. Sin procesar el pasado, no hay ideas para el futuro. Si la...

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