El poder por el poder

Por Cecilia Valenzuela. PeriodistaEl sábado 5 de octubre, sobre la Vía de Evitamiento, al este de la inmensa ciudad de Lima, se duplicó el infierno. Era el inicio de un feriado largo, y miles de automóviles particulares, que usualmente no toman esa vía de carga pesada, la tomaron para alcanzar la Carretera Central. La procesión del Señor de los Milagros inició esa mañana sus recorridos de octubre y todas las salidas de la Vía de Evitamiento a la altura de la Lima antigua estaban atoradas.Estuve atrapada en esa telaraña de vehículos, de todos los tamaños, conducidos por personas iracundas y ofendidas. Ese mismo día, en medio del caos, el ruido y el embotellamiento, los cobradores anunciaban, a cada uno de los usuarios, que la tarifa se había incrementado en un 33%. Como usted comprenderá ¡Nadie quería pagar! Kilómetros de desorden y ni un solo policía, ni en el peaje ni en las salidas. A la altura de Acho, en el sentido sur a norte, todo un carril ocupado con volquetes de carga estacionados, con material para la obra Vía Parque Rímac.La Municipalidad de Lima firmó hace tiempo un contrato con la empresa OAS otorgándole la prerrogativa de financiar las obras de mantenimiento de la vía con el cobro de los peajes. La empresa y la municipalidad sostienen que el aumento tocaba; ¿pero por qué imponerlo en un día tan poco oportuno, sin prever las condiciones y las circunstancias? ¿Por qué no pensaron primero en los usuarios?Al día siguiente, por supuesto, todo entró en cuestionamiento: la obra Vía Parque Rímac, el contrato, la eficiencia de la empresa, la legitimidad del incremento, la autoridad municipal. Al día siguiente, el Estado aparecía, otra vez, debilitado ante los ojos...

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