Pobres pero iguales

Por AbogadoEl destacado liberal guatemalteco Manuel Ayau, fundador de la Universidad Francisco Marroquín, decía que en una verdadera economía de libre mercado no es posible enriquecerse sin enriquecer a los demás.Por supuesto que esa idea despierta reacciones de lo más variopintas. Algunos dirán (siguiendo a Marx, muchas veces sin siquiera saber que lo están siguiendo) que el libre mercado genera precisamente lo contrario: el empobrecimiento de unos a expensas de unos pocos. Para ellos, la riqueza es consecuencia de la apropiación por los empresarios de la plusvalía generada por los trabajadores.Otros dirán que el mercado empobrece a los consumidores quienes compran productos caros y malos cediendo recursos a quienes los producen.Y otros dirán que el mercado produce una mala distribución como consecuencia de las reglas que aplica y con ello abre la brecha entre pobres y ricos generando así más pobreza.Pero Ayau tenía razón. Las tres posiciones que cito parten de varios errores conceptuales y prácticos bastante obvios.El primero es el concepto mismo de libre mercado. La idea enunciada se refiere a ?un verdadero libre mercado?. Y ?libre mercado? no es la piñata que se construye para pegarle palazos a algo que no es.?Libre mercado? significa una economía abierta, en la que la libertad de entrada a la actividad económica no tiene barreras ni privilegios. No hay limitaciones a las importaciones ni al establecimiento de nuevos negocios. No hay regulaciones diseñadas para elevar los costos de entrada a potenciales competidores. No existen barreras burocráticas, ni las alianzas nefastas entre los gobiernos y ciertos empresarios para impedir la competencia.La piñata se crea entonces confundiendo el libre mercado con su antípoda: el mercantilismo. El mercantilismo es el sistema nefasto en el que lo que uno gana se obtiene del favor generado en el pasillo del ministro y no de la captación legítima de la preferencias de los consumidores. El mercantilismo es un sistema institucionalizado de robo, donde las empresas que obtienen el favor político pueden meter su mano en el bolsillo de los consumidores ofreciendo malos productos a precios altos. Sin la disciplina de la competencia efectivamente es posible enriquecerse empobreciendo a los demás. Y libre mercado significa precisamente generar un sistema bajo la...

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