¡Pobre voto ciudadano!

Por Juan Paredes Castro. Editor central de Política

Ahora que tenemos nuevas autoridades en la ONPE y en el JNE es bueno preguntarse si estas entienden el real peso y valor del voto ciudadano.

Estamos hablando del voto ciudadano que delega poder presidencial, parlamentario, regional y municipal y que puede también revocar a un alcalde o a una alcaldesa.

El papel de quien jefatura la ONPE y de quien preside el JNE no empieza y acaba en la realización de un proceso electoral o de uno de revocación, como el que está en marcha en Lima.

Requieren ponerse a prueba frente a algunos horizontes preocupantes, hacia adentro y hacia afuera.

Ambos tienen que mirar por un momento lo que pasa, por ejemplo, en Venezuela, con un poder presidencial, el de Hugo Chávez, producto, sin duda, del voto ciudadano, pero de un voto ciudadano secuestrado, que ha terminado en una dictadura encubierta disfrazada de legitimidad.

Las nuevas ?interpretaciones auténticas? de la Constitución venezolana, adaptadas al trance de enfermedad y sucesión de Chávez, debieran ser estudiadas profundamente por nuestros ?electorólogos?, siguiendo el ejemplo de Delia Revoredo en su artículo de ayer en El Comercio.

Hay mucho de parecido con las ?interpretaciones auténticas? del fujimorismo retrógrado pero también mucho de advertencia por lo que puede pasar con nuestra incipiente institución democrática, tan susceptible a sufrir manipulaciones legales de toda clase, a partir, precisamente, de la delegación de poder del voto ciudadano.

Entendemos que Mariano Cucho debe estar con la cabeza hinchada pensando cómo puede administrar el proceso de la revocación con los mismos recursos con lo que no pudo prometer hacer más la eficiente Magdalena Chú. Entendemos que...

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