En el planeta del pollo a la brasa

Por Raúl Castro. Periodista y antropólogo

Algunos años atrás me visitó un editor español para que opinara sobre los 20 platos insignia que podrían definir nuestra gastronomía. Su editorial estaba elaborando una colección de libros de cocinas del mundo, por lo cual se encontraba en Lima preparando el capítulo peruano. En ese momento le dije los platos que tenía en la punta de la lengua: cebiche, lomo saltado, papa rellena, causa y ají de gallina. Tras el disparo automático de dichos nombres, apareció otro por los palos, caliente y crocante: ?Y? el? pollo la brasa??, completé, empujado por una afición vigente y un recuerdo que se remonta a las reuniones familiares de la niñez. El editor español, experimentado gourmet sin duda, me miró, divertido, y sentenció con una franca sonrisa: ?Pollo a la brasa, sobre mi cadáver?.

Hace poco, una noche reciente en el presente verano, recordé la anécdota mientras conocía la vida en el Planet Chicken, el nuevo restaurante que los creadores del Pardos Chicken han inaugurado en el centro comercial Megaplaza.

Mientras veía a animados grupos festejar a los improvisados cantantes del karaoke con pantalla gigante que ofrece la nueva empresa culinaria, en medio de los aromas que su innovadora carta presenta reuniendo pollo a la brasa con comida criolla (es decir, pechuga con chaufa y tallarín saltado, o pierna con papa a la huancaína y tallarín verde), pensaba: ?Mi amigo español, ¿se mataría frente a este nueva fusión ofrecida??.

Es evidente que la mayoría de peruanos no compartimos la opinión del colega español. Si no, ¿cómo entender que a un abrumador 62,3% de ciudadanos, de las 15 ciudades más importantes del país, les parezca que ir a una pollería es...

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