Por un plan integral de salvataje a la cultura

Por José CarlosMariátegui

El COVID-19 ha puesto en evidencia lo que todos conocíamos pero que evitábamos enfrentar: la precariedad del sector cultural. Hoy, ante una situación increíblemente difícil para la cultura, un sinnúmero de entidades han hecho un llamado a los gobiernos a fin de que asignen con urgencia fondos de ayuda para salvar a los museos y a otras instituciones, así como a los creadores y profesionales del sector.En el Perú, donde el apoyo público se ha centrado en lo patrimonial, muchas iniciativas, sobre todo las vinculadas a la creación contemporánea, son gestionadas mediante instituciones privadas sin fines de lucro. Estas entidades dependen en buena medida de ingresos propios provenientes de taquillas, de cursos, talleres o espectáculos que hoy han desaparecido. Ello, combinado con niveles relativamente pequeños de reservas financieras, hace presagiar que muchas instituciones culturales no podrán sobrevivir. Individualmente, el fracaso de estas organizaciones es doloroso, pero colectivamente su pérdida diezmaría nuestro ecosistema cultural y la cadena económica que la constituye.La situación de los profesionales culturales independientes es también crítica. Una encuesta realizada recientemente a trabajadores de las artes visuales por los curadores y docentes universitarios Max Hernández y Carlos Zevallos (ver: https://bit.ly/2×4dCoC) evidencia que más del 90% de los trabajadores de la cultura en el Perú son independientes, de ellos el 71% indicó que sus jornadas de trabajo han disminuido considerablemente. Lo que resulta más alarmante es que el 60% manifestó que no tenía ningún seguro de salud y el 63% carece de un fondo de pensiones.Ante esta situación se requiere urgentemente un plan integral de salvataje a la cultura que permita a las instituciones y personas enfrentar sus urgencias. Se trata de otorgar apoyos financieros para resolver los problemas económicos básicos generados por esta crisis y que permitan estabilizar, transformar y planificar los proyectos culturales acorde con las necesidades y condiciones de consumo durante y después del estado de emergencia.Este plan de salvataje debería articularse en tres etapas:En la primera ?en el cortísimo plazo?, los fondos deben servir para estabilizar, mediante financiamiento directo, los costos de planilla y gastos básicos en la gestión de espacios culturales. Debe sumarse a ello la disponibilidad de créditos públicos con largas devoluciones y sin intereses. Al mismo...

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