Una piscina autorizada también puede afectar la salud

Por Bruno Ortiz Bisso

Se inicia la temporada de verano, la temperatura sube y hay quienes quieren pasar el fin de semana metidos en una piscina o en el mar. Una de las principales necesidades para muchos es saber cuáles playas y piscinas que están aptas para su uso, según las evaluaciones de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud.En su evaluación, esta institución certifica que la piscina autorizada cumple en cuanto a calidad de agua, calidad de equipamiento e instalaciones (duchas, baños, lavapiés), limpieza del establecimiento y control de ordenamiento documentario.?Eso no quiere decir que las piscinas aprobadas sean estériles. Los químicos para el cuidado de las piscinas y la humedad de estos ambientes pueden ocasionar distintos problemas de salud si no se toman los cuidados adecuados?, expresó a El Comercio Óscar Espinoza, médico internista de la clínica Ricardo Palma.?La vista y el estómago?La conjuntivitis es el principal problema al que se enfrentan nuestros ojos, incluso si usamos una piscina autorizada.?Es por la cantidad de gente en el lugar. Alguien puede llegar con la infección, bañarse y transmitirla a nuestros ojos. Por eso es una de las enfermedades más comunes en verano?, explica Carlos Siverio Zaffirio, oftalmólogo de Oftálmica Clínica de la Visión.Otra de las complicaciones es la queratitis, que se presenta cuando las personas se quedan mucho tiempo en el agua. ?Si hay mucho sol, el reflejo de la luz rebota en el agua y llega a los ojos. Eso puede producir pequeñas heridas. En la noche la persona empieza a sentir un fuerte dolor en los ojos, los cuales se ponen rojos y sensibles a la luz. Por eso no es recomendable estar mucho tiempo dentro de la piscina?, detalla.El aumento de temperatura puede predisponer a la aparición de algunos patógenos en el agua, sobre todo en la que cada vez está más contaminada. ?El principal problema desde la gastroenterología es el gastrointestinal. Uno de estos microorganismos ?como ?Escherichia coli? o ?Campylobacter?? puede ingresar al cuerpo, dirigirse al intestino e inflamarlo. Esta infección puede causar diarreas, dolor abdominal, náuseas y vómitos?, indica Julio León, gastroenterólogo de la clínica Internacional.En estos casos la clave es evitar la deshidratación, pues el cuadro se puede agudizar y poner en riesgo...

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