Las piezas sueltas de un mal modelo

Por Juan Paredes Castro. Director periodístico interinoLa gran pregunta de estos días es por qué la corrupción y la criminalidad han podido instalarse tan fácilmente en un gobierno regional como Áncash y en otros como los de Tumbes y Cajamarca.La otra gran pregunta es por qué otras realidades violentas como la delincuencia común y el narcotráfico están rodeadas de tanta impunidad y provocan tanta impotencia entre quienes sufrimos sus consecuencias.Una respuesta a la primera pregunta es que los gobiernos centrales de los últimos 12 años, de Alejandro Toledo a Ollanta Humala, pasando por Alan García, convirtieron a las administraciones regionales en las piezas sueltas de un sistema de descentralización que no llevaba a ninguna parte.Es más: dotadas de presupuestos millonarios, esas piezas sueltas pasaron a formar parte de botines incontrolables y corruptos. Lo que tenemos a la vista es el comienzo dramático de un estallido en serie de un proceso de regionalización mal hecho.La alternativa que busca el gobierno en un Consejo de Estado más parece un manejo de crisis que una solución viable.Una respuesta a la segunda pregunta es que estamos realmente paralizados. De un lado, con el consuelo de que la delincuencia común no se reduce, sino que lo que se reduce es el aumento de la misma. Y de otro lado con la patética ironía de que de nada nos sirve bombardear decenas de pistas de aterrizaje habilitados por el narcotráfico en la selva si a las pocas horas de las explosiones los vuelos mafiosos vuelven a reactivarse sobre las mismas pistas supuestamente destruidas por la...

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