?A pesar de mi vida extrema, he sido muy feliz?

Por Eusebio ?Chato? Grados

Ingresar al departamento de Eusebio Grados, en El Agustino, es como transportarse en el tiempo. De las paredes cuelgan retratos suyos que han inmortalizado su ascenso en el mundo de la música. Al fondo, una vitrina resguarda las innumerables medallas, diplomas y premios que reconocen su aporte a la difusión del folclor peruano. Un poco más cerca, una imagen lo muestra cabalgando junto a dos de sus hijos y a su actual pareja, Juana Yananga Quispe. Es ella quien se asegura, sigilosa pero constante, de que el cantante cumpla a rajatabla las indicaciones médicas. Cuatro diálisis diarias, ocho pastillas por la mañana y tres por la noche son parte de la rutina del cantautor, tras ser diagnosticado con insuficiencia renal producto del mieloma múltiple que lo aqueja.Con 65 años a cuestas y oriundo del asiento minero de Atacocha, en Pasco, el popular ?Rey del Pío Pío? siente que ha renacido, justo a tiempo para celebrar sus bodas de oro como artista. En medio de los preparativos para su concierto de este 16 de junio, el ?Chato? ?apelativo que heredó de su padre? repasa la vida en su pueblo, su trayectoria y la última batalla que logró ganarle a la adversidad.? ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de Atacocha?Tengo grabado en mi memoria que, poco antes de cumplir 6 años, mi padre fue trasladado a otra mina llamada El Túnel, a 3.600 m.s.n.m., en Chicrín. Allí nos quedamos por varios meses. Como íbamos a regresar pronto, mi padre me matriculó en la escuela de Atacocha. De El Túnel a mi pueblo había más o menos 5 kilómetros. Al colegio me llevaba un amigo de la familia, pero cuando él dejó de trabajar tuve que hacer el camino solo. Yo era pequeño y por quedarme a jugar con las vacas, caballos y carneros que pastaban llegaba a la escuela al mediodía. Con tantas tardanzas las profesoras me convirtieron en alumno libre y fui aplazado ese año.? ¿Cuándo descubre que quería ser artista?Desde que tuve uso de razón. Los mineros tenían un sindicato y cuando no atendían sus reclamos paraban por meses. Entonces, para alegrar a los trabajadores, los dirigentes hacían veladas musicales. Desde pequeñito yo iba y decía ?quiero cantar?. Todos me aplaudían diciendo ahí va el hijo del ?Chato?, como llamaban a mi padre.? ¿Y quién le enseñó a zapatear?Fue mi profesor Rolando Navarro Vivas. Él siempre me alentó en el camino de la música. Quién iba a pensar que en Lima, al verme zapatear, la prensa me iba a bautizar como el Michael Jackson del...

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