Los miedos en el Peru: una entrevista a Gonzalo Portocarrero.

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CargoPODER Y SOCIEDAD - Entrevista

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El Perú es un país de fantasmas, de miedos. ¿La marginalidad es un fenómeno que puede explicarse a partir de la desconfianza en el prójimo?

En cierto sentido, todos somos marginales. Vivimos en un país desintegrado, sin entidades colectivas que amparen a los individuos. Todos estamos más solos de lo que realmente podríamos estar, no existe un real sentido de comunidad. Según los índices del Latino-barómetro, el Perú es el país donde hay más desconfianza. Y esa desconfianza genera fantasmas, miedos sociales. Esos miedos se explican a partir de dos fantasmas básicos. El primero es el fantasma de los subalternos, figura que es representada por el pishtaco. El pishtaco es la persona que va a venir a sacarte la grasa, a aprovecharse de ti, a desangrarte. Es un fantasma que ha aparecido constantemente en la historia del país. Kuczynski, por ejemplo, fue visto en Cusco como una reencarnación del pishtaco. Era situado en la perspectiva del abusador, del maligno, por eso no tenía posibilidad de ganar. Es el mismo fantasma de las manifestaciones en Puno. Los pobladores sienten que les van a quitar su agua, sus tierras, su fuente de vida. Estos miedos se originan en la supuesta malignidad del otro, el occidental, el patrón como alguien que vive de ti, que te come las entrañas y del cual tienes que defenderte. Eso explica esa mezcla de indignación y de odio en las manifestaciones.

El otro fantasma es el de los poderosos sobre el indio rebelde que salió de su sitio y que está reclamando cosas que quizá no corresponden. Este fantasma tiene su origen en la sensación del criollo blanco de verse rodeado por una muchedumbre indígena hostil que es amenazante, que ruge. Ejemplos históricos hay de sobra: los españoles sitiados en Lima por el ejército de Manco Inca, la rebelión de los huantinos en 1896 o el levantamiento de Ushcu Pedro en Huaraz a finales del siglo XIX. La indiada insumisa es una constante en nuestra historia. Por otro lado, el fantasma del indio insumiso se renueva con la aparición del comunismo, que es otro nombre del viejo fantasma de la guerra de castas, de la indiada rebelde. Los miedos se activan y se reproducen como rumores que generan desconfianza. Por ejemplo, uno escucha a gente en los colegios decirle a los niños que sus padres van a tener que irse de las casas, porque si llega Humala ya no hay lugar para ellos en el Perú. Se reaviva el miedo, los viejos fantasmas.

¿Cuál es el origen social de estos fantasmas?

En el mundo popular, la mayoría de la gente cree que los pishtacos existen. Es un fenómeno latente que, cuando emerge en determinadas situaciones históricas, aparece como rumores que se instalan en el imaginario de la gente. El proceso de migraciones a Lima, Sendero Luminoso y ahora las elecciones son procesos sociales que llevan en sí mismos la aparición de miedos y fantasmas. Es importante tener en cuenta que detrás de estas fantasías culturales hay identidades étnicas que se compactan, que se relacionan, que se potencian. Por eso es complicado implantar un sentimiento de ciudadanía inclusiva cuando estos temores tienen un origen específico, étnico y sociológicamente distinto que varía de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad.

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¿Estos miedos recíprocos suponen un país que no logra superar una visión estática de sí mismo, que no ha tenido

Los cambios sociales determinantes para la formación de una ciudadanía inclusiva?

Los cambios mentales son más lentos que las transformaciones sociales. Vivimos un...

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