¿Una recesión permanente?

AutorPaul Krugman
CargoPremio Nobel de Economía 2008, es profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton

La nueva normalidad para la economía estadounidense podría ser una depresión moderada.

Si conversamos con las autoridades monetarias, una palabra que oiríamos repetidamente sería "normalización". La mayoría, aunque no todos esos funcionarios, acepta que no es tiempo para ser amarretes, que de momento el crédito debe ser accesible y las tasas de interés deben ser bajas. Pero esos hombres en ternos oscuros esperan con ansías el día en que puedan desempeñar su trabajo como antaño, cuando aguaban la fiesta si era necesario.

¿Pero qué pasaría si el mundo en el que hemos estados viviendo los últimos cinco años se han convertido en "lo nomal"?, ¿qué tal si las condiciones económicas, similares a las de una depresión, se han asentado para persistir, no por uno o dos años, sino por décadas?

Se podría pensar que especulaciones de esa clase son ideas de locos radiales. Ciertamente son ideas radicales, pero no muy insanas. Un buen número de economistas ha estado coqueteando con tales pensamientos desde hace algún tiempo y hoy ya son parte de la opinión mayoritaria.

De hecho, el argumento de la "estagnación secular" -una situación persistente en la cual una economía deprimida es la norma, con escasos episodios de pleno empleo apartados entre sí- fue planteado convincentemente en el evento más ultra respetable de todos: la conferencia anual de investigación económica del Fondo MonetarioInternacional (FMI). Y la persona que expuso el caso fue nada menos que Larry Summers. Si, "ese" Larry Summers.

Y si él está en lo correcto, todo lo que la gente respetable ha estado diciendo sobre política económica es incorrecto, y lo seguirá siendo por largo tiempo.

Summers comenzó su disertación con un punto que debería ser obvio pero que a menudo es pasado por alto: La crisis financiera que se inició con la Gran Recesión y no está con nosotros. En efecto, de acuerdo con la mayoría de mediciones, terminó hace más de cuatro años. Pero la economía estadounidense permanece deprimida.

Luego planteó un argumento relacionado: Antes de la crisis hubo una enorme burbuja inmobiliaria y crediticia, que aunque estimuló el gasto, el conjunto de la economía tuvo un desempeño poco destacable -el mercado laboral estaba bien pero no estupendo y el boom nunca fue lo suficientemente poderoso como para generar una significativa presión inflacionaria.

Para finalizar, Summers propuso una notable moraleja: Tenemos una economía cuya condición normal es una demanda inadecuada -de por lo menos...

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