La pelota sí se mancha

Por Liliana MichelenaHasta 1974, la FIFA fue dirigida por una oligarquía europea, mientras Sudamérica peleaba su cuota gracias a su poderío futbolístico. En la elección de tal año contra Stanley Rous ?un inglés apologista del apartheid?, el brasileño Joao Havelange apeló a los países en proceso de descolonización (en África y Asia) como contrapeso a la élite europea. Con el dinero cada vez más abundante, Havelange ganó popularidad y votos en un sistema de paternalismo clientelista que ?Sepp? Blatter heredó en 1998. Atendida por la FIFA con programas de desarrollo y dinero no fiscalizado, la nueva élite ?hoy mayoría? acusa a la oposición de eurocentrismo, y quizá no esté tan lejos de la realidad. la transición electoral¿A qué juega Blatter? El presidente no ha renunciado y su llamado a elecciones anticipadas levanta sospechas. Joseph...

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