Peligros de la reforma del transporte

Por Wilfredo Ardito. Abogado y profesor universitarioUna de las tareas que la alcaldesa Susana Villarán está asumiendo con más decisión es terminar con el sistema de combis y cústeres, lleno de peligros e informalidad.En realidad, desde las gestiones de los alcaldes Andrade y Castañeda ya se había logrado retirar las combis más pequeñas de avenidas como Javier Prado y Arequipa, donde se impuso un sistema de paraderos, pese a la resistencia inicial de muchos pasajeros. Cada vez hay más ómnibus nuevos, algunos de los cuales cuentan con cámaras para que el chofer vea si los pasajeros han descendido por la puerta posterior. Varias líneas cuentan también con choferes-cobradores, que reciben un sueldo fijo.La reforma del transporte que promueve la Municipalidad de Lima debería consolidar estos procesos todavía incipientes. El grave problema es que además pretende abordar un tema muy diferente, que no se ha discutido con los vecinos: la eliminación de las líneas que les permiten acudir a sus centros de trabajo o de estudio.Resulta preocupante que se pretenda que las rutas existentes desde hace décadas por la demanda del público sean reemplazadas por otras diseñadas con un serio desconocimiento sobre los desplazamientos cotidianos de los limeños. El mejor ejemplo es el propio corredor azul, que comienza en el Rímac y termina en la avenida Armendáriz en Miraflores. Es un recorrido mucho más corto que el que seguían las combis, los ómnibus de Enatru o los antiguos tranvías que llegaban hasta Chorrillos. Incluso, una línea del corredor azul va simplemente del paseo Colón hasta Aramburú. Una persona que quiera ir de Jesús María a...

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