Pedro, el sistema eres tú

Por Periodista

qué fácil es escoger un pedazo de pueblo y tomar su grita o sus aplausos como si fueran la voz de todos. El concepto de portátil, acuñado por los observadores del toledismo, recoge este fenómeno de nuestra política: operadores que amontonan gente con recursos del Estado, propósitos fugaces y sin preámbulos ideológicos. Los partidos ya no son las mejores portátiles, porque son escasos y pesados; los grupos de apoyo al presidente tienen la ligereza y ductilidad que exigen los tiempos. Sin partidos sólidos ni líderes sostenibles, la política se terciariza e improvisa caóticamente.Una portátil en un coliseo cusqueño acompañó el discurso de Pedro Castillo en el que soltó la última versión del cuento de la asamblea constituyente. La propuesta no tiene chance, ni respaldo, ni consistencia, pero ha servido para desviar la atención sobre la conflictividad social que copó portadas y debates días atrás. Siempre es bueno que reclamos masivos se conviertan en agenda: ello cohesiona, reconcilia, obliga a focalizar problemas y resolverlos. En estos casos, la confrontación entre poderes y tendencias se relaja o se transforma en una competencia para ver cómo responder ante una protesta genuina.Todo indica que vamos a volver al protagonismo de las protestas. Hay mucho conflicto latente, promesa incumplida y mal gobierno que ?sumados a la inflación y el desempleo? nos pasan la factura en forma de paros y tomas de carretera. Castillo niega de mil maneras que la grita popular sea contra él: ¿cómo así un instigador y manipulador del descontento...

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